domingo, 11 de julio de 2010

"¿A quién otra vida he de pedir para vivir junto a ti?"


Estaba segura de que podía oír mi llanto, y notar cómo mis lágrimas chocaban con la piel de su desnudo pecho. Su cabeza reposaba en mi regazo y una de mis manos le acariciaba, dulce y temblorosa, la frente. No había nada que yo pudiera hacer…

Miraba cada una de las heridas que cruzaban su cuerpo, como esperando que por arte de magia se cerraran y que sus preciosos ojos color miel volvieran a abrirse, y ver aquel fulgor que antaño los hacía brillar cuando me miraba… Acerqué los labios a su frente, besándole. Cerré los ojos intentando no llorar, pero una nueva y cristalina lágrima recorrió en silencio mi pómulo y cayó en su frente. Volvía a acariciarle la tez con la yema de mis dedos, mientras ponía la otra mano bajo su nuca, intentando hacerle más cómodo mi regazo.

Después de aquella ardua batalla, que definitivamente habían perdido, le tocaba ahora ganar la más ardua de todas las batallas contra las que ha de enfrentarse un hombre. Sentía cómo la muerte le acariciaba el rostro encima de mi mano, para finalmente acariciarle el corazón e invadirle con su oscuro ser…Gritaba de dolor y pedía por favor, en mi silencio, que no se llevara el calor que sin él, se volvía frío…Mi corazón le decía que, hundida en mi alma, inaccesible, siempre le amé y jamás lo sabría… Siempre soñé con sus ojos, con sus labios, con su sonrisa… Siempre fingí una mirada, máscara de mi dolor por quererle… y jamás lo supo… Sólo ahora podría ver cómo mis lágrimas declaraban mi tormento, tormento infinito que había de ocultar…

Entonces sus ojos se entreabrieron. Pude ver aquél fulgor con que volvía a mirarme… Dibujó una suave sonrisa en su dolorido rostro y dijo:

-No quiero volver a verte llorar… Mi voz callará con la muerte…pero mi corazón seguirá hablándote y te dirá lo que nunca me atreví a decirte…

Podía ver cómo la vida se escapaba de sus manos, cómo la luz de sus ojos se apagaba…pero la luz que nunca se apagaría es la que encendió su corazón…al decirme el primer “te quiero”…

jueves, 1 de julio de 2010

You showed me dreams...


A veces me despierto vacía, llena de nada... Y mi mente se abandona sin remedio hacia el infinito de los días carentes de significado... Y vuelvo a volar entre recuerdos, y sigo sufriendo entre momentos olvidados y tiempos irrecuperables, que duermen en algún lugar de mi alma... ¡Qué difícil es seguir a veces, y qué complicado detenerse mientras la vida sigue girando en su empeño por renovar decorados viejos! Las sonrisas mueren. Los recuerdos viven...


Y de qué me sirve nadar en el pasado, de qué me sirve sentir las lágrimas... De qué me sirve ahondar en la yaga. No sirve de nada quemarse por dentro. Y a veces lo hago, cuando cansada de buscar, vuelvo a ti sin remedio, cuando harta de caminar sin rumbo vuelvo a sentarme a tu lado... y te echo de menos.


Hay tantas cosas que no llego a comprender... Hay tantos ratos, tantas palabras, tantos momentos, tantas sonrisas... Tanto tiempo juntos, durmiendo en algún lugar de mi memoria, a modo de recuerdos, que a veces me arañan por dentro.


He buscado entre mi alma todas aquellas cosas que un día fueron tuyas...y todo sigue ahí, aguantando el paso de los años, soportando el peso de la pena... Pero ya no. Poco a poco las iré desterrando, y esta vez no estoy sola. Ya no.


Supongo que eras un sueño del que he despertado de una manera un tanto desagradable.